domingo, 5 de setiembre de 2010

Exégesis de Danath El Monje sobre Ad Bellum y la Edad Media


Acerca de las Artes Marciales Occidentales Medievales podemos decir, al menos en esta parte del mundo, muy poco. Más aún considerando que el común de la gente piensa en los hombres medievales como en la tosquedad e ignorancia personificadas, hechas hombre, mezcladas de tal manera que proporcionaron al mundo un retroceso cultural, social, económico y político. Hay quienes consideran a este periodo de mil años como una noche muy densa, en la que el ser humano no tenía un verdadero entorno para su desarrollo, donde lo logrado por Grecia y Roma quedó en el olvido, sintetizado quizá en polvorientos estantes de los monasterios francos. De todo esto, pienso que tan sólo lo último es justo afirmar, pero ni aún así en un sentido estricto y totalmente enfático. Si todo esto fuera cierto ¿Por qué el mundo medieval resulta tan atractivo? ¿Por qué las armaduras, las espadas, las lanzas, hachas, mazos, dagas y demás articulos bélicos causan una mezcla de consternación y admiración?


Por otro lado, no es dificil encontrar personas que subestiman la inteligencia del hombre medieval y eso en efecto ocurre con todo hombre moderno, o mejor dicho, que vive en el futuro. Los hombres que aún vivían en un neolítico superior resultaban niños para los griegos de la edad clásica y los subestimaban, lo mismo que los españoles, ingleses y portugueses infravaloraron a las tribus nativas de América cuando recién llegaron. Sin embargo, luego, con la convivencia, con el conocimiento resultante de un vivir común o simplemente de una aproximación a la realidad de aquellos pueblos, los extranjeros pudieron dar cuenta de la inteligencia de los aborígenes al observar sus métodos sorprendentes en la metalurgía, textileria, sistemas de riego y el diseño de las ciudades, por citar algunos ejemplos. Los ingleses en Norteamérica buscaban apoyo en las tribus nativas para combatir a franceses o españoles, y si bien se consideraban un pueblo superior respecto de ellos, los respetaban ya que nadie en sus cabales buscaría la alianza o ayuda de aquellos que le parezcan inútiles.


Algo parecido ocurre con el hombre moderno y la idea que tiene del hombre medieval. El hombre de estos tiempos, individualista, amparado por leyes que protegen no sólo su cuerpo sino también a su intelecto no puede admirar del todo una época en que la gente del pueblo sufría por causa de sus carencias y abusos de sus señores, obligados quizá a vivir en medio del barro y el analfabetismo, roturando tierras o criando ganado. Sin embargo, algo se ha perdido en la era moderna y es el heroísmo, aquella conducta que proponía al hombre a dar más de lo que podía por causa de un bien común y mayor. El individualismo ha hecho que los hombres se miren a sí mismos y ya no miren la colectividad. Sus vidas no van más allá de una búsqueda de un bienestar. No hay un supremo bien o fin por el cual luchar. Un filósofo diría que "no hay pasión". Y en la Edad Media la había de sobra. Cuando se observa a una recreación de un combate medieval, ya sea en una gran batalla ordenada o en un duelo entre un par de personas, el espectador no puede dejar de sentirse atraído, a pesar que las espadas no le interesen y que le parezca una real estupidez el luchar con metal en el cuerpo. Ahora bien, siendo un poco más coloquiales y menos filosóficos, a los que nos atrae la Edad Media por causa de sus ideales y desenvolvimiento; por la manera más sencilla que la gente tenía para vivir pese a los sufrimientos; por la música folclórica de entonces empleando mandolinas, laúdes o gaitas; o porque simplemente pensamos que debió resultar fabuloso cabalgar y gritar con espada o lanza en ristre hacia el enemigo ¿Por ser hombres modernos hemos de desestimar la sabiduría que proviene de aquellas épocas? No. Quizá no rifemos nuestra vida en una batalla como en las de esa época pero no por ello nos llama menos la atención. Ni qué decir si tenemos la oportunidad de aprender a combatir como lo hacían entonces y de tener camaradas de armas con los cuales, a lo mejor, poder comer un asado de cualquier animal bebiendo hidromiel frente a una fogata que jamás se apaga.

Ad Bellum nace en torno a estos deseos, muy difíciles de satisfacer en esta parte del mundo, pero el deseo no deja de estar ahí. Intentamos e intentaremos promover algo que ya es un arte marcial consumado en Europa y que empieza a tomar forma en países como Mexico, Chile y Argentina. Ad Bellum también intentará promover la cultura medieval entre los interesados, llegando el día (que ojalá no esté muy lejano) en que produzcamos recreaciones o torneos. El nombre completo de la Organización es Comunidad de Combate Europeo Medieval, aunque bien podría llamársele también comunidad cultural. Mi camarada de armas Martín Barrueto y yo hemos fundado AD BELLUM y actualmente practicamos sobre todo con la espada larga (por ahora espadas de madera de entrenamiento confeccionadas no al guerrazo sino procurando una similitud con las espadas de entonces) y daga. con el paso del tiempo entraremos a investigar sobre los métodos de combate registrados y posibles de otras armas, como la lanza o los messer alemanes, la espada corta y escudo o hachas y escudo. Estamosen el "inicio", lo cual, si bien es la parte más difícil de un proyecto, es la más feliz de recordar luego. Espero, en verdad, contar con adeptos que estén dispuestos a formar parte de este comienzo. Por último, Ad Bellum, , como bien dice el nombre, es una Comunidad más que una Academia en sí, por lo tanto no hay un fin de lucro en este grupo, además, procura practicar según las escuelas alemana y la italiana de combate europeo, es decir, de la llamada tradición de Liechtenauer en el caso de la escuela alemana y de la de Fiore de Liberi y Filipo Vaddi por el lado de los maestros históricos italianos. Por lo tanto, en nuestros combates hay técnica definida y esta ha llegado a nosotros desde tratados que datan del siglo XIV y de estudiosos de los mismos, por lo tanto, la idea del hombre medieval que peleaba sin regla o ley está en el fango pues no puede estar más lejos de la realidad. Creo que me extendí bastante, pero por ser la primera vez me parece que no está nada mal. Cualquier interesado en practicar con nosotros puede escribir al correo ccem.ad.bellum@gmail.com. Bienvenidos a quienes así lo deseen.




viernes, 29 de enero de 2010

Misión y Visión de la Schola Ad Bellum



Misión: Difundir el arte del combate y la idiosincrasia medievales en los miembros del grupo con fines culturales buscando además enriquecer la formación moral empleando la disciplina marcial y la camaradería, impulsando la consolidación de un espíritu caballeresco.

Visión: Convertirnos en una asociación de artes marciales del Medioevo europeo que busque la difusión de la práctica de éstas en el Perú, optando además por el desarrollo y la búsqueda ordenada de información y promoviendo la investigación concerniente a nuestra actividad.


¡Santiago y a ellos!

Martín Barrueto Suárez "El Gaiteiro"

Maestro de Armas de la Schola Ad Bellum

martes, 26 de enero de 2010

AD BELLUM


Ahora, en este preciso instante me siento o me imagino como un monje sentado en un scriptorium, sito en un remoto monasterio franco del cual, hoy, lo más probable, no quedan ni las ruinas. Mis manos están manchadas con tinta y la pluma de ganso que empleo necesita ser afilada por enésima vez en el día... Mi mente trama estas alucinaciones o sueños porque, según dicen muchos de mí y de mis compañeros, poseo un espíritu medieval incontrovertible, inflexible, que no menguará a través de los años.


¿Qué más inflexible que el acero? Se me viene de pronto a la mente. Y dado que mi espíritu es medieval, cuando practico con mis compañeros tal y como hacían, de seguro, los guerreros que defendían a los países(o a sus señores) hace mil años atrás, no me siento como un practicante de esgrima medieval o de combate del medievo. Me siento un hombre de aquel entonces, en mis compañeros veo camaradas que me acompañaran en la vida y, es posible, también en la muerte. Muchos nos creen niños grandes y quizá lo somos, como los hombres de aquel entonces. ¿Acaso no eran gente muy ingenua? Hicieron guerras en nombre de Dios, creían que bastaba una fe ciega en Dios para no ser condenado o que se podía adivinar qué personas eran brujos o hechiceros mediante el simple método de contar cuántos lunares tenían en el cuerpo.

¿Qué más inflexible que el acero? me pregunto, una vez más. El espíritu, pienso de pronto. No es que lo sea siempre pero puede llegar a serlo. La convicción firme de que algo es bueno o malo, normas morales o éticas respaldadas por la práctica, "alzar la espada -por último- pensando en quién se va a salvar y no en quién se va a herir". ¡Sí! Es el espíritu caballeresco, el mismo que puede ser motivo de mofa en estos tiempos, cuando la ingenuidad es pecado, sí, ese sí que es más duro que el metal.



Y bueno, nuestras armas, brazos, piernas, cuerpo, cabeza... procuran respaldar la fuerza de nuestro espíritu. Amigo o amiga mía, si lees esto y sientes que no son sandeces es porque tienes un espíritu como el nuestro. Aventúrate en el mundo del combate medieval, de su literatura, música y tradiciones. Comprende qué se siente sostener un arma y luchar con total control. ¿Quién dice que los hombres medievales eran bárbaros sin técnica? Como que la esgrima moderna deriva de los fechtbuch alemanes de la tradición de Liechtenauer (el padre casi mítico del combate medieval alemán) y los tratados italianos que expandieron el arte (Fiore de Liberi y Filippo Vadi). Había técnicas de juego largo y juego corto, métodos, teorías de distancia, mesura, tiempo verdadero y tiempo falso, golpes secretos como el furioso o el cruzado, guardias, lógica de combate según el arma y el oponente, ejercicios para ejercitarse en solitario o en grupo...Y eso es lo que tratamos de aprender y enseñar. Ad Bellum recién tiene un año y podemos decir que nuestro amor por el medievo es más fuerte que nunca.


Puesto que la vida en sí es un combate constante me despido del lector en los mismos términos que un practicante de este arte radicado en España (perteneciente a la asociación Baucan) utilizó:

¡Buen combate!

Daniel Guerrero Aguirre "El monje"
Maestro de Armas de la Schola Ad Bellum